TEGUCIGALPA, HONDURAS. La epidemióloga y exministra de Salud, Roxana Araujo, explicó este lunes que Honduras podría volver a un confinamiento si la cifra de contagios de COVID-19 continúa en aumento. No obstante, aclaró que esta situación significaría un total retroceso para la economía.
«En algún momento que se mire que la incidencia de casos es muy alta, que ya miremos que sobrepasa esos mil casos diarios que se confirman a través de SINAGER (Sistema Nacional de Gestión de Riesgos), como lo miramos en mayo, junio, julio de 2020, no va a haber de otra que retroceder», acotó.
Cierre implica retroceso
Considera que el retroceso implica efectos en la economía, la suspensión de labores y que haya más desempleo. «Para nosotros que vivimos en un país pobre y que vivimos del día a día, es un retroceso enorme y en este caso se sopesa la salud y la economía«.
«Sería un retroceso abismal si volvemos a un cierre total o parcial, porque tiraríamos al cesto de la basura todo el esfuerzo que hemos hecho durante la pandemia», enfatizó.
Contó que «podríamos estar ante un segundo brote posiblemente, pero nosotros continuamos desde el inicio, nunca hubo un corte, nunca hubo un ascenso así como el que nosotros esperábamos en el vértice de una gran curva epidémica y que después habría un leve descenso y hacer una meseta… no hemos tenido ese tipo de gráfico».
Explicó que la curva epidemiológica de Honduras se ha mantenido en zig-zag, pues aunque el personal médico consideró que habría una baja, las estadísticas han reflejado una variante.
Dos preocupaciones
Tras los embates de las tormentas tropicales Eta e Iota en noviembre, las autoridades determinaron la suspensión de las medidas restrictivas de circulación y así se ha mantenido hasta el día de hoy.
La llegada de la Navidad y las actividades que realizan los hondureños durante la época, dio paso a un relajamiento en la población y con ello, un aumento en los contagios.
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De acuerdo a la galeno, hay preocupación en el gremio, pues con la elevada cifra de casos, aumenta también la necesidad de ampliación en los hospitales y especialmente en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Rememoró que las salas también son necesitadas para atención de pacientes de otras patologías.
«Yo no recomendaría volver a la normalidad», dijo. Va ser sumamente difícil, pues aún con la llegada de la vacuna, no es la solución al problema porque «es un proceso de inmunización y no podemos relajarnos y dejar a un lado las medidas de bioseguridad».
Vacunas antiCOVID-19
Araujo aseguró que en febrero llegará el primer lote de vacunas de Pfizer y será un total de 23,000 dosis.
Mencionó que el problema que hubo inicialmente es el congelamiento del fármaco. Sin embargo, aclaró que todo está solucionado y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) será la encargada de llevar a cabo el proceso.
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