EE.UU.-Fueron cinco tortuosas temporadas de “Game of Thrones” las que de Sansa Stark, el personaje que encarna la actriz británica Sophie Turner, tuvo que aguantar antes de asumir un rol determinante en la fantasiosa serie de HBO.
Presenció la decapitación de su padre, sufrió un sinfín de humillaciones del rey Jofrey, tuvo que convivir con los Lannister, la familia que asesinó cobardemente a su hermano y a su madre; fue entregada a la casa Bolton -traicionada por Petyr Baelish-, y sufrió todo tipo de vejámenes de su esposo, el despreciable Ramsay.
Reconvertida en una mujer fuerte, decidida a recuperar Winterfell y con sed de venganza; Sansa pacta con Baelish, Lord protector del Nido de Águilas y del Valle de Arryn, para que el ejército de caballeros del valle se una a las fuerzas lideradas por Jon Snow. La intervención -cuando la victoria de Ramsay parecía inminente- hizo posible que los Stark ganen la batalla y recuperen el norte.
La hija mayor de la casa Stark ha representado con creces la fuerza femenina en la sexta temporada de Game of Thrones. Si antes, ese papel recayó en Cersei Lannister, Daenerys Targaryen, Catelyn Stark, Brienne de Tarth, Ygritte, y hasta Arya Stark, en las últimas semanas, Sansa Stark ha sorprendido con su carácter decidido, su ímpetu y hasta su frialdad.
Los productores han sabido llevar con cuidado la evolución de un personaje que en sus inicios bordaba vestidos y admitía todo tipo de agravios, hasta transformarla en una intimidante miembro de la casa Stark. Sansa Stark consumó el asesinato de –nada menos que- uno de los personajes más aborrecidos de “Game of Thrones”, sin que le tiemble la mano ni se le quiebre la voz.
“Tus palabras desaparecerán, tu Casa desaparecerá, tu nombre desaparecerá, todos los recuerdos sobre ti desaparecerán”, sentencia Sansa Satark a Ramsay Bolton antes de que los perros de casa del sádico personaje se lo devoren en medio de alaridos que nadie más oye. La heredera de Eddard Stark le da la espalda a la escena y se aleja lentamente, mientras la satisfacción se dibuja en su rostro con una leve sonrisa. Sansa Stark está lista para gobernar Winterfell.
