CORTÉS, HONDURAS. Una breve lluvia fue suficiente para inundar la carpa, u hospital móvil, instalado en Villanueva, el cual costó L5.5 millones y solo está funcionando como un centro de triaje.
Bien lo advirtió el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, días atrás, cuando su país inauguraba uno de los hospitales más grandes de Latinoamérica, al decir que «las carpas no sirven» para dar atención durante la actual emergencia sanitaria mundial.
«No se puede tener un hospital de campaña, y no lo digo yo, lo demuestran los países vecinos. Cuando uno pone un hospital de campaña, así con el clima de estos países, se va a inundar, el viento y la lluvia lo va a botar», dijo él.
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«No podemos trabajar así»
Y en efecto, exactamente eso sucedió en Villanueva, uno de los municipios con más casos de Covid-19 en la zona norte de Honduras. Varios vídeos que circulan en las redes sociales lo confirman.
A consecuencia de las lluvias, el terreno en donde la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO) armó dicha carpa, que es un campo de fútbol prestado por la Iglesia Cristiana Reformada, quedó completamente lodoso por debajo del suelo de plástico del «hospital».
«Mire, aquí ya no podemos, mire cómo se desliza. Créame, yo no puedo dar consultas acá y atender a los pacientes. Y esto es de todos los días», dice el joven médico que difundió la grabación.
Además de eso, el agua se filtra hacia adentro del hospital móvil, situación que dificulta todavía más el trabajo del personal sanitario. «Estas son las condiciones del hospital, y no podemos trabajar así», reitera el galeno.
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