REDACCIÓN. El estrés es la reacción de su cuerpo a un desafío o demanda. En pequeños episodios puede ser positivo, como cuando le ayuda a evitar el peligro o cumplir con una fecha límite, pero cuando dura mucho tiempo, puede dañar su salud.
Hay dos tipos principales de estrés:
Estrés agudo:
Este es estrés a corto plazo que desaparece rápidamente. Puede sentirlo cuando presiona los frenos, pelea con su pareja o esquía en una pendiente. Esto le ayuda a controlar las situaciones peligrosas. También ocurre cuando hace algo nuevo o emocionante. Todas las personas sienten estrés agudo en algún momento u otro.
Estrés crónico:
Este es el estrés que dura por un período de tiempo prolongado. Usted puede tener estrés crónico si tiene problemas de dinero, un matrimonio infeliz o problemas en el trabajo. Cualquier tipo de estrés que continúa por semanas o meses es estrés crónico.
Puede acostumbrarse tanto al estrés crónico que no se dé cuenta que es un problema. Si no encuentra maneras de controlarlo, este podría causar problemas de salud.
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Indicadores de que sufres estrés crónico
1. Dolores físicos recurrentes
Frecuentemente traducidos en migrañas o molestias musculares, estos signos son representación pura de cansancio extremo. Si no tienes síntomas de alguna enfermedad viral, pero te sientes adolorido casi todos los días, es muy probable que tu cuerpo esté reflejando la carga mental que te tiene absorto.
2. Te sientes irritable todo el tiempo
Presentas desdén, apatía o enojo la mayor parte de tu día, a veces hasta por situaciones absurdas y/o usuales para todos.
3. Ya no disfrutas tus pasatiempos como antes
Si ni siquiera al buscar un momento de relajación haciendo lo que te gusta encuentras paz, estás ante una potencial depresión.
4. Duermes mal
Duermes poco, demasiado o nada. No hay un patrón específico de sueño, y ni hablar de tus ocho horas diarias. No te desvelas por estar trabajando o por estar incómodo, simplemente parece que «estás pensando demasiado».
5. Tienes taquicardias
Si notas que tu corazón palpita demasiado rápido sin razón aparente, tu cuerpo ya comenzó a sentir tus preocupaciones de manera predeterminada.
6. Notaste desórdenes digestivos últimamente
Si te estriñes con frecuencia o tienes diarrea sin que tu alimentación haya cambiado radicalmente, es otra señal de ansiedad acumulada.
7. Culpa por realizar actividades recreativas o tener tiempo de ocio
Esto es más frecuente de lo que imaginas. Bajo el sistema económico actual, se nos ha hecho creer que descansar no es una tarea productiva.
8. Has subido de peso
Estar estresados continuamente también puede hacernos engordar, ya que afecta a la regulación de nuestros impulsos y emociones, haciendo que nos decantemos por alimentos muy apetecibles pero con escaso valor nutritivo.
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