Tal y como recoge el Mirror, el líder de Boko Haram, Ali Ngulde, envió a sus tropas a un campamento de ISIS para ejecutar a las esposas de los terroristas de Estado Islámico.
Boko Haram quiere derrocar al gobierno de Nigeria y reemplazarlo con un régimen islámico que se adhiera a la ley islámica o sharía. Se estima que en su campaña más de 40.000 personas han muerto. Además, alrededor de dos millones están desplazadas por el conflicto, que también ha afectado a los países vecinos Chad, Níger y Camerún.
Conocido por su brutalidad, el grupo Boko Haram ha cometido una serie de atentados terroristas y masacres con ataques y secuestros de civiles, especialmente mujeres jóvenes y niñas.
Por su parte, la facción del Estado Islámico en el oeste de África (que responde a las siglas ISWAP —Islamic State West Africa Province) está formada por excombatientes de Boko Haram.
Hubo una escisión en este grupo terrorista yihadista y los escindidos. Desde entonces, han alentado a otros miembros de Boko Haram a desertar y aumentar el apoyo de la población civil.
Talibanes realizan primera ejecución desde 2021
Los talibanes ejecutaron a un hombre en el primer acto público de este tipo realizado por los yihadistas desde su regreso al poder en Afganistán, en agosto de 2021.
El líder supremo talibán Hibatullah Akhundzada ordenó el mes pasado implementar plenamente algunos aspectos de la ley islámica como las ejecuciones públicas. También, las lapidaciones, las flagelaciones o, en el caso de los ladrones, la amputación de miembros.
El movimiento islamista sunita ya había llevado a cabo varias flagelaciones públicas. Sin embargo, esta ejecución, que ocurrió en Farah (oeste) es la primera desde que los talibanes reconquistaron el poder. El hombre se llamaba Tajmir, residía en la provincia de Herat. Lo condenaron por un asesinato cometido en 2017.
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