CORTÉS, HONDURAS. Hay personas que viven y trabajan para comer el día, esa es la realidad de la gente más pobre y que no tiene un empleo fijo en el país, por tal razón, un toque de queda es difícil de sobrellevar, pues se deja de percibir ingresos para el hogar.
Este miércoles, pese al toque de queda absoluto en San Pedro Sula por Covid-19, los vendedores del centro de esa ciudad se dispusieron a seguir con normalidad sus labores diarias de trabajo. Sin embargo, un grupo de agentes de la Policía Municipal llegó a desalojarlos, en cumplimiento de la ordenanza del Gobierno.
Esta situación provocó un corto enfrentamiento entre las autoridades y algunos los comerciantes. Otros, tristes, solo miraron cómo sus productos, que son la fuente de su dinero, eran tomados por hombres uniformados.
«Se les hizo la advertencia correspondiente y se agotaron todos les medios para que esta gente pudiera irse para sus casas. Estamos en un Estado de Emergencia. Ellos no pueden permanecer en las calles. Por tal razón, estamos acompañado a la Policía Municipal, que tiene las atribuciones, para proceder con el decomiso de la mercadería que está aquí», dijo el comisionado Pérez, de la Policía.
De esta manera, agentes comenzaron a tomar cajas y hieleras con producto y desarmaron las carpas que los comerciantes utilizan para refujiarse del Sol. Todo esto lo subieron a varias pratrullas y tanquetas de la Policía Nacional y se lo llevaron.
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Pero, ¿cuál es el sentir de los vendedores ambulantes?
«Durante un toque de queda, es difiícil que la población humilde pueda llevar alimentos a sus hogares. Nos encierran en nuestros hogaros con una disposición del Gobierno, pero, serán los grupos de poder los que puden tener alimentos por un mes», fueron las palabras de uno de los afectados.
«Nos dicen que volvamos a los juegos alegres de familia, pero la alegría nuestra es tener aliementos para comer y que nuestros hijos estén bien. ¿Cómo no se va a indignar uno y estar preocupado y triste?», agregó el ciudadano.
Por último, el vendedor ambulante opinó que el Gobierno, «por superar la crisis de un virus» está creando otras, como ser la falta de alimentos, empleo y circulante a nivel nacional. «Por ejemplo, si los supermercados se cierran, en dónde vamos a comprar una aspirina o comida, aunque tuviéramos el dinero», finalizó.