REDACCIÓN. – No es una tormenta, es un monstruo. Irma es el nombre de uno de los huracanes más potentes que se han registrado hasta el momento. Con categoría 5, este huracán no ha dejado de provocar destrozos a su paso. Posee vientos máximos sostenidos de cerca de 290 kilómetros por hora.
Esto fue lo que revelaron los datos del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.
En uno de los dos Lockheed WP-3D Orion que existen, un avión utilizado por la división del Centro de Operaciones Aéreas de la Administración Nacional Atmosférica y Oceánica (NOAA, por sus siglas en inglés), un equipo de cazadores de huracanes ha logrado adentrarse en el ojo del huracán Irma, una tormenta con una extensión tal que podría cubrir casi por completo toda España e incluso Francia.
En primer vídeo fue filmado por Nick Underwood, ingeniero aeroespacial que participó en una de las travesías en pleno ojo del huracán, que se estima que tiene una extensión de unos 2.200 kilómetros cuadrados.
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Underwood todavía no ha tenido tiempo de expresar qué sintió al volar dentro de una tormenta de este nivel. Aunque sí se ha explayado en alabar a todo el equipo de pilotos, navegadores, meteorólogos, técnicos e ingenieros que participaron.
«Es genial poder aprender y ver a esta gente en acción», señaló.
Experiencias
Chris Landsea, del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos, define volar en el ojo del huracán como una experiencia en la que se puede disfrutar «del paisaje más increíble».
«Puede parecer increíble, pero la mayor parte de los vuelos en huracanes son bastante aburridos (…).
Lo más interesante es volar a través de las bandas de lluvia del huracán y la pared del ojo. Un anillo de tormentas que rodea el ojo, en calma», explica.
En esta zona, los vientos pueden superar los 300 kilómetros por hora.
«Pero una vez que el avión se adentra en la parte calma del ojo de un huracán, como el de Andrew o Gilbert, es un lugar de gran belleza».
La corriente de luz solar en las ventanas del avión muestra un perfecto cielo azul directamente sobre el avión. Y a su vez, el avión está rodeado por todos lados de la oscuridad de la pared del ojo», señala.
Precisamente Irma comparte categoría con Andrew, que tocó tierra en 1992 en Florida. Dejando tras de sí un total de 65 muertes —a las que hay que sumar otros cerca de 40 fallecimientos indirectos— y daños valorados en más de 47.000 millones de dólares.
Fuente: www.elconfidencial.com