TEGUCIGALPA. HONDURAS. El arzobispo de la capital, Cardenal Óscar Andrés Rodríguez, se refirió a las recientes acciones de protesta emprendidas por los maestro y los médicos en todo el país.
En tal sentido, Rodríguez dijo que «es triste que nuestra Honduras siga todavía con la violencia de esas manifestaciones que nos son pacíficas, que están llenas de insultos».
Además, lamentó que los manifestantes no usen las antorchas para iluminar nuevas vidas, sino más bien, para transmitir odio.
«Ese quemar de llantas es señal de odio, no solo se están dañando, están perjudicando nuestra atmósfera, nuestras calles y eso no es una manera de manifestarse ¿Qué es lo que nos está pasando?», cuestionó el cardenal.
No obstante, el Cardenal Rodríguez citó al Papa Francisco, quien invita a buscar de la misericordia de Dios.
»El Papa Francisco nos dice que la misericordia del señor nos hace comprender que la violencia, el rencor, la venganza no tienen ningún sentido y la primera víctima es el que vive en esos sentimientos porque se priva de su propia dignidad», reflexionó.
El crimen no deja vivir en paz
Por otra parte, el Cardenal Rodríguez aseguró que »el crimen y la mala vida han hecho que ya no se viva en paz; sino en miedo, en angustia e inseguridad.
Al mismo tiempo, señaló que «ahí hace falta Cristo resucitado, hace falta una transformación interna de todas las personas», expresó.
En torno a eso, estimó que el miedo no permite la realización de las personas. »Cuando hay miedo, el ser humano tiende a ocultarse, tiene las puertas del corazón cerradas, incapaces de salir fuera de sí mismos», manifestó.
Del mismo modo, reflexionó e invitó a la población para que busquen a Cristo y permitan que Él sea el centro de su vida.
»Tenemos que luchar para que Jesús sea el centro de nuestra comunidad, de nuestra vida; del país, porque esto que estamos viviendo no es la nueva vida de Cristo resucitado».
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Por otra parte, incitó a los feligreses que se hicieron presentes a la Basílica de Suyapa a que »dejen ya sus miedos, las frustraciones, dejen de dar vueltas a sus debilidades, dejen el negativismo, el sentimiento de culpa, dejen sus tristezas.
Además, les recordó que «Jesús no les critica ni les juzga por sus momentos de debilidad, no les hace sentirse culpables, solo les dice; la paz sea con ustedes».
Finalmente dijo que »solo la presencia de Jesús en nuestras vidas puede llevarnos a la paz, y cuánta necesidad de paz tenemos en Honduras».
